Saltear al contenido principal

11 DE SETIEMBRE, FECHA FATÍDICA Y RECORDADA

Todos recordamos y forma parte de nuestra historia la fecha del 11 de Setiembre de 2001 por el ataque
terrorista en Nueva York, Virginia y Pensilvania, con un balance de casi tres mil fallecidos.

Para unos pocos existe otro 11 de Setiembre siete años después, en el 2.008, la desaparición de Joaquín
Fernández García (Junior) en Carboneras (Almería). Joaquín, Joaquinillo o Junior era mi hijo no biológico lo
cual siempre quiero y debo aclarar al solo efecto de que algunas lenguas viperinas no tengan la excusa
inmoral para protestar. Junior lo conocí con dos años, lo crie, amé, cuidé, eduque, participe de los buenos y
los malos momentos, de las risas y los llantos, de las ilusiones y las preocupaciones hasta los 23 años que
desapareció, Junior siempre me llamo papa, pare o papucho y yo a él hijo, por tanto no me referiré a él como
hijastro respetando que mi hijo (ya no volveré a repetir no biológico) nunca me llamo padrastro, asi pues
aunque algunas mentes retorcidas pueda resultar inapropiado, seguiré llamándole hijo, por amor, por respeto,
por sentido común y porque Junior se lo merece.

Han transcurrido trece años, a veces parece que fue ayer y otras que ha transcurrido un siglo, y es fácil de
entender hasta para quienes su visión no va más allá del ombligo bien sea por interés u otras incapacidades,
parece que fue ayer porque el amor hace que todos los recuerdos, voces, imágenes, palabras, hechos estén
frescos en el dia a dia, estén de forma perpetua en el corazón sin que el paso del tiempo afecte, deteriore o
borre, el corazón se convierte en un lugar sagrado, intacto, donde la única luz que ilumina es el amor, amor
sano y constructivo; y a la vez parece que haya pasado un siglo por la lucha en buscar respuesta a miles de
preguntas, por el desgaste emocional que produce una desaparición y ese duelo congelado que vivimos, por
la no presencia en tantos acontecimientos, por la lucha sin cuartel buscando verdad y justicia.

Casi siempre nos acordamos de los agradecimientos al final del escrito, es un error, porque muchos no llegan
a leer hasta el final, otros ya aburridos lo leen rápido, creo que el agradecimiento debe ser siempre lo
motivante y el reconocimiento de nuestra existencia, por ello quiero hacerlo al principio, y comienzo con un
“gracias a la vida que me ha dado tanto” como dice la canción que escribió la cantautora chilena Violeta
Parra e hicieron famosa Mercedes Sosa y Joan Baez, esa vida que me ha regalado la compañía de mi esposa
Patricia fiel compañera de batallas, ilusiones, compañía cargada de solidaridad, fraternidad y amor, depósito
de lágrimas e ilusiones, como dice el poeta Uruguayo Mario Benedetti si te quiero es porque sos mi amor mi
cómplice y todo y en la calle codo a codo somos muchos más que dos; gracias por estos dos maravillosos
hijos Cristina y David que llenan de orgullo mi vida, no encuentro jamás las palabras que definan lo que
siento y como son, sensibles, generosos, solidarios, tiernos, cariñosos, ellos son también una razón para
luchar por un mundo mejor, para revalorizar los valores elementales de nuestra sociedad, un abrazo de ellos
es el mejor regalo, gracias a la vida por nuestros nietos y mi yerno David; gracias por los amigos que saben
estar presentes en los momentos ausentes, aquellos que acuden cuando los demás se marchan, son estos
amigos los que mi madre decía “buena gente”, gracias a todos los profesionales que de una u otra forma se
han cruzado en mi camino y tanto he aprendido de ellos, gracias por conocer en más profundidad el servicio
y sensibilidad de guardia civil y policía nacional, gracias a quienes compartís ilusiones, proyectos y
aprendizaje, gracias a mi otra familia que es Sosdesaparecidos, más de cuarenta voluntarios, amigos en la
fraternal lucha por nuestros desaparecidos y que junto con instituciones y entidades hacen creer en el género
humano como futuro, reconocimiento por supuesto a los hermanos Fran y Dani Jiménez que con ellos
fundamos esta asociación a los dos años de la desaparición de mi hijo; gracias Luciano por cuanto vos y yo
sabemos…,; y gracias por dejarme dar las gracias en este mundo tan encerrado en su propia burbuja.

Trece años en los cuales de forma paulatina y progresiva he aprendido día a día, la vida cuando nos golpea
duramente nos da herramientas para que ese golpe se convierta en algo constructivo, que encontremos en ello
un significado de paz y amor, podamos aceptar aquello que no podemos modificar de forma solidaria,
emprendiendo nuevos objetivos en los cuales siempre estará presente lo que ya es pasado, porque el presente
es solo una finísima línea entre el pasado y el futuro, estoy escribiendo en el presente, cando la termine será
el futuro y el pasado de cuando la inicie, por ello he aprendido que lo importante es este presente.

He aprendido a apartar el esteril sufrimiento y quedarme con el dolor, porque es el motor a seguir luchando,
es el emprendedor a la superación, es el reconocimiento al pasado y el deseo de un futuro mejor, el dolor es a
la par constructivo y fortalece nuestra capacidad de superación…, aparto el sufrimiento porque no nos
conduce a nada, el sufrimiento es egoísta para ver solamente nuestro ombligo, es la excusa para ir albergando
decepciones, enojos, ira, es la renuncia al amor por los demás, el sufrimiento nos encierra y aniquila.

Durante años he vivido postrado en la decepción, un error que he aprendido, la decepción, a igual que la
resignación y el antes mencionado sufrimiento no son sentimientos, son solo excusas ante esa realidad que
no podemos modificar, que solo podemos aceptar, no vale la pena perder un segundo en pretender entender
la cobardía infame de quienes conocedores de lo que le paso a mi hijo siguen callados por trece años, una
cobardía que hasta ha llegado a utilizar la difamación, insultos, amenazas para justificar su bajeza humana,
dejo la resolución en manos de la vida, porque siempre el karma vuelve, y es en el momento justo y preciso,
así pues ni rencor ni enojo con esos personajes…solo la indiferencia.

Indiferencia también radical y absoluta a los miembros y miembras como dice la Ministra de Igualdad que
con un odio malicioso y enfermizo han vertido en mi persona y familia insultos, mentiras, difamaciones,
poniendo palos en las ruedas a cada momento, entorpeciendo todo lo que signifique progreso y solidaridad,
gente que son auténticos fariseos que presumen de golpes en el pecho y otras divinidades, cuando en la
realidad están inmersos en la bajeza inmoral que es el interés individual, el falso protagonismo, la
victimización como excusa de otras debilidades, todos ellos y ellas como dice mi nieto de cinco años..”me
resbalan”, pues no aportan nada de interés y como antes he dicho el karma siempre regresa.

Otros años en este lúgubre aniversario he llevado flores a la mar en compañía de mi esposa, mi hija y mis
nietos, el lugar donde posiblemente desapareció, o he ido a ver simplemente el horizonte desde la orilla, este
año no quiero, me niego rotundamente, porque las únicas flores de recordatorio deben ser en el aniversario
de su nacimiento, en la celebración a la vida, a su vida que tanto me ha aportado y a la vez también a esta
sociedad al seguir Junior presente en Sosdesaparecidos, en su familia y en los verdaderos amigos, este día de
hoy es para reflexionar, para interiorizar y revivir todo lo bueno que mi hijo dejo en cada uno de nosotros,
para coger aire e iniciar el camino de futuro que deseamos, pero no quiero ni un segundo que sea la excusa
del sufrimiento o la resignación, mi hijo no merece ni desearía ser causante de esa esterilidad, todo lo
contrario, mi hijo contagiaría con su sonrisa las ganas de vivir, de luchar y ser útiles en esta sociedad tan
precaria de valores.

La figura de mi hijo a través de la lucha y esfuerzo de muchísima gente ha conseguido grandes cambios en
nuestra sociedad para los desaparecidos y sus familiares, la imagen de mi hijo, su historia verdadera, el
altruismo y solidaridad que ha legado son el ejemplo a seguir de “amar al prójimo como a ti mismo” como
dicen las sagradas escrituras y que tan fácilmente olvidamos.

Quienes están a mi lado cójanse de la mano que nos espera un largo camino, donde un paso atrás ni para
coger impulso, un camino donde todos sumamos. Y aquellos que no quieren estar a mi lado buen viaje, pues
el recuerdo es breve cuando se impone la indiferencia como eficaz medicina emocional.

Gracias hijo por enseñarme tanto

 

Volver arriba